Riqueza de la Navidad para un creyente
No hay fortuna mejor, de más valía,
ni tesoro en el mundo más preciado,
que el Corazón de un Dios enamorado,
y su entrega a los hombres cada día.
No hay finanzas ni humana economía,
para saldar tinieblas del pecado,
sino un Niño de Rostro iluminado,
nacido de Purísima María.
No hay divisas, ni renta más segura,
sin miedo a los vaivenes terrenales,
que el BIEN SUMO bajado de la Altura.
Son sus brazos abiertos credenciales,
de la RIQUEZA ETERNA, que perdura,
más allá de los bienes temporales.
No hay fortuna mejor, de más valía,
ni tesoro en el mundo más preciado,
que el Corazón de un Dios enamorado,
y su entrega a los hombres cada día.
No hay finanzas ni humana economía,
para saldar tinieblas del pecado,
sino un Niño de Rostro iluminado,
nacido de Purísima María.
No hay divisas, ni renta más segura,
sin miedo a los vaivenes terrenales,
que el BIEN SUMO bajado de la Altura.
Son sus brazos abiertos credenciales,
de la RIQUEZA ETERNA, que perdura,
más allá de los bienes temporales.
(*) Autora: Paquita Sánchez Remiro.- Villanueva de los Infantes. (C.Real)
Fuente: mariamediadora.com