ACEPTA A LOS DEMÁS ASÍ COMO SON
no esperes que los demás sean perfectos.Pero, sobre todas las cosas del mundo, acéptate tú mismo tal y como eres.
Ni tus parientes más íntimos, ni tus amigos más entrañables podrán satisfacer todos tus deseos y aspiraciones. Por otra parte, nadie jamás te amará como tú quisieras ser amado.
Si quieres ser feliz, acepta a las personas tal y como son.
Recuerda que tú no eres perfecto; por lo tanto, ...
Tú eres el milagro más grande del mundo. Fuiste creado para ser un triunfador, un campeón. Tu destino es el éxito.
Dios te creó para que fueras una persona extraordinaria.
Fuiste creado para la vida, para el amor, para tener poder, para tener prosperidad.
Eres una obra exclusiva de Dios. Nadie en el mundo puede reemplazarte, porque eres único. Nadie tiene los dones que Dios te dio a ti.
Jamás te menosprecies. Eres una persona inmensamente valiosa. Eres una persona irremplazable, única, singular. Dentro de ti hay semillas de grandeza.
El valor que tienes no depende de tu apellido o de la clase social a la cual perteneces. El valor que tienes no depende de tu título, de tu color o de tu vestuario ¡No! Tu valía es tan grande, porque eres el hijo del Dios todopoderoso. Por tus venas corre la misma preciosa sangre de Jesús de Nazaret.
Cuando entiendas que Dios es tu Padre, serás libre de toda inferioridad.
Si tienes alguna limitación personal, no te aflijas ni te amargues, acéptala de la mejor manera, sabiendo que siempre y en todo existen compensaciones.
Lejos de entristecerte por las cosas que te desagradan, dale gracias a Dios por las cosas buenas que posees, por las cosas que puedes hacer, por las cosas que has logrado realizar.
Ponte de pie, endereza tus hombros, levanta la frente y camina con pasos firmes, mirando hacia el futuro con esperanza.