PURGATORIO, EXTENDIÉNDOSE ESTA PROMESA A LA CONVERSIÓN Y SALVACIÓN DE LAS
ALMAS QUE AÚN VIVEN.
Se recomienda también vivamente rezarla todos los días y difundirla por
todos los medios posibles, para mayor gloria de Dios y salvación de las
almas. Así, a la hora de nuestra muerte, cuando nos presentemos ante Dios,
no tendremos las manos vacías de buenas obras. Esta oración, rezada
constantemente a modo de jaculatoria, salvará miles o millones de almas.
Tengamos en cuenta que las almas del Purgatorio sufren de una manera
indecible e inexpresable humanamente, y que ellas por sí solas nada pueden.
Si no es por nuestras oraciones y ofrecimientos a su favor, se ven
imposibilitadas para aliviar su sufrimiento o para liberarse del Purgatorio
y ascender al Cielo. Hacer esto por las pobres almas del Purgatorio es una
de las mayores obras de Misericordia que están a nuestro alcance:
PRESIGNARSE: "En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén".
SEÑOR MÍO JESUCRISTO: "Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y
porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos
ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del
infierno. Ayudado de Vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más
pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén".ORACIÓN QUE LIBERARÁ ALMAS DEL PURGATORIO CADA VEZ QUE SEA OFRECIDA A
DIOS:
"Padre Eterno, os ofrezco la Preciosísima Sangre de Vuestro Divino Hijo
Jesús, junto con las Misas que se digan en todo el mundo hoy:
* Por todas las santas almas del Purgatorio.
* Por los pecadores en todas partes.
* Por los pecadores en la Iglesia Universal.
* Por los de mi propio hogar, y dentro de mi familia.
Amén".
PROMESA DE JESUCRISTO A SANTA GERTRUDIS:
El Salvador aseguró a Santa Gertrudis la Magna, religiosa cisterciense del
Monasterio de Helfta en Eisleben (Alemania), a finales del siglo XIII, que
esta oración liberaría a 1000 almas del Purgatorio cada vez que se
ofreciese, extendiéndose también la Promesa a la conversión y salvación de
las que todavía peregrinan en la Tierra.
ORACIÓN A SAN NICOLÁS DE TOLENTINO
¡Oh glorioso Taumaturgo y Protector de las almas del purgatorio, San Nicolás de Tolentino! Con todo el afecto de mi alma te ruego que interpongas tu poderosa intercesión en favor de esas almas benditas, consiguiendo de la divina clemencia la condonación de todos sus delitos y sus penas, para que saliendo de aquella tenebrosa cárcel de dolores, vayan a gozar en el cielo de la visión beatífica de Dios. Y a mi, tu devoto siervo, alcánzame, ¡oh gran santo!, la más viva compasión y la más ardiente caridad hacia aquellas almas queridas. AménORACIÓN DE SAN AGUSTÍN
POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO
Dulcísimo Jesús mío, que para redimir al mundo quisisteis nacer, ser circuncidado, desechado de los judíos, entregado con el beso de Judas, atado con cordeles, llevado al suplicio, como inocente cordero; presentado ante Anás, Caifás, Pilato y Herodes; escupido y acusado con falsos testigos; abofeteado, cargado de oprobios, desgarrado con azotes, coronado de espinas, golpeado con la caña, cubierto el rostro con una púrpura por burla; desnudado afrentosamente, clavado en la cruz y levantado en ella, puesto entre ladrones, como uno de ellos, dándoos a beber hiel y vinagres y herido el costado con la lanza. Librad, Señor, por tantos y tan acerbísimos dolores como habéis padecido por nosotros, a las almas del Purgatorio de las penas en que están; llevadlas a descansar a vuestra santísima Gloria, y salvadnos, por los méritos de vuestra sagrada Pasión y por vuestra muerte de cruz, de las penas del infierno para que seamos dignos de entrar en la posesión de aquel Reino, adonde llevasteis al buen ladrón, que fue crucificado con Vos, que vivís y reináis con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO
Dulcísimo Jesús mío, que para redimir al mundo quisisteis nacer, ser circuncidado, desechado de los judíos, entregado con el beso de Judas, atado con cordeles, llevado al suplicio, como inocente cordero; presentado ante Anás, Caifás, Pilato y Herodes; escupido y acusado con falsos testigos; abofeteado, cargado de oprobios, desgarrado con azotes, coronado de espinas, golpeado con la caña, cubierto el rostro con una púrpura por burla; desnudado afrentosamente, clavado en la cruz y levantado en ella, puesto entre ladrones, como uno de ellos, dándoos a beber hiel y vinagres y herido el costado con la lanza. Librad, Señor, por tantos y tan acerbísimos dolores como habéis padecido por nosotros, a las almas del Purgatorio de las penas en que están; llevadlas a descansar a vuestra santísima Gloria, y salvadnos, por los méritos de vuestra sagrada Pasión y por vuestra muerte de cruz, de las penas del infierno para que seamos dignos de entrar en la posesión de aquel Reino, adonde llevasteis al buen ladrón, que fue crucificado con Vos, que vivís y reináis con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.