sábado, 17 de septiembre de 2011

SÚPLICAS QUE PUEDEN SER EMPLEADAS PRIVADAMENTE POR LOS FIELES EN LA LUCHA CONTRA LAS POTESTADES DE LAS TINIEBLAS

Oraciones


1. Señor Dios, ten misericordia de mí, tu siervo, que por la multitud de las asechanzas estoy como un vaso resquebrajado;
líbrame de la mano de mis enemigos, asísteme para que busque al que está perdido, lo pueda encontrar y restituirlo para ti,
lo pueda restituir y entregártelo para que no lo abandones.
Concédeme que te agrade en todo ya que he podido conocerte y saber que me has redimido.
Amén.


2. Dios omnipotente, que refugias a los desolados y confortas a los prisioneros, mira mi aflicción y manifiesta tu poder para auxiliarme; vence al detestable enemigo; y haz que, superada la presencia del adversario, pueda recuperar la paz y la libertad
y así, sirviéndote con sincera piedad, pueda confesar que tú eres admirable y manifestar la grandeza de tus obras.
Por Cristo, nuestro Señor. Amén.


3. Dios, creador y defensor del género humano tú formaste al hombre a tu imagen y lo recreaste admirablemente con la gracia del Bautismo; vuelve tu mirada sobre este siervo tuyo, y escucha bondadosamente mis súplicas.
Te pido que brote en mi corazón el esplendor de tu gloria para que, eliminado todo terror, miedo y temor, sereno en mente y alma junto a los hermanos en tu Iglesia pueda alabarte eternamente. Amén.


4. Padre Dios, autor de la misericordia y de todo amor, que quisiste que tu Hijo sufriera por nosotros el patíbulo de la Cruz para expulsar de nosotros el poder del enemigo, mira atentamente mi humillación y dolor, y mantente firme, te pido, para que a quien renovaste en la fuente del Bautismo vencido el combate del Maligno, lo llenes con la gracia de tu bendición.
Por Cristo, nuestro Señor. Amén.


5. Señor y Dios mío, que me adoptaste por la gracia y quisiste que fuera hijo de la luz, concédeme, te pido, que no sea envuelto por las tinieblas de los demonios y siempre pueda permanecer en el esplendor de la libertad recibida de ti.
Por Cristo, nuestro Señor. Amén.


6. Invocaciones a la Santísima Trinidad


Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Honor y gloria al único Dios.
Bendigamos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, alabémoslo y exaltémoslo por los siglos.
Te invocamos, te alabamos, te adoramos, oh bienaventurada Trinidad.
Esperanza nuestra, salvación nuestra, honor nuestro, oh bienaventurada Trinidad.
Líbrame, sálvame, vivifícame, oh bienaventurada Trinidad.
Santo, Santo, Santo, Señor Dios omnipotente el que es, el que era y el que vendrá.
A ti la honra y el imperio, oh bienaventurada Trinidad.
A ti la gloria y el poder por los siglos de los siglos.
A ti la alabanza, a ti la gloria, a ti la acción de gracias por los siglos de los siglos, oh bienaventurada Trinidad.
Santo Dios, Santo y fuerte, Santo e inmortal, ten compasión de mí.


7. Invocaciones a nuestro Señor Jesucristo


a.
Jesús, Hijo del Dios vivo, ten compasión de mí.
Jesús, imagen del Padre, ten compasión de mí.
Jesús, sabiduría eterna, ten compasión de mí.
Jesús, esplendor de la luz eterna, ten compasión de mí.
Jesús, Palabra de vida, ten compasión de mí.
Jesús, Hijo de la Virgen María, ten compasión de mí.
Jesús, Dios y hombre, ten compasión de mí.
Jesús, Sumo Sacerdote, ten compasión de mí.
Jesús, pregonero del Reino de Dios, ten compasión de mí.
Jesús, camino, verdad y vida, ten compasión de mí.
Jesús, pan de Vida, ten compasión de mí.
Jesús, Vida verdadera, ten compasión de mí.
Jesús, hermano de los pobres, ten compasión de mí.
Jesús, amigo de los pecadores, ten compasión de mí.
Jesús, médico del alma y del cuerpo, ten compasión de mí.
Jesús, salvación de los oprimidos, ten compasión de mí.
Jesús, consuelo de los desamparados, ten compasión de mí.
Tú, que viniste a este mundo, ten compasión de mí.
Tú, que libraste a los oprimidos por el diablo, ten compasión de mí.
Tú, que estuviste colgado en la cruz, ten compasión de mí.
Tú, que aceptaste la muerte por nosotros, ten compasión de mí.
Tú, que yaciste en el sepulcro, ten compasión de mí.
Tú, que descendiste a los infiernos, ten compasión de mí.
Tú, que resucitaste de entre los muertos, ten compasión de mí.
Tú, que subiste a los cielos, ten compasión de mí.
Tú, que enviaste el Espíritu Santo a los apóstoles, ten compasión de mí.
Tú, que estás sentado a la derecha del Padre, ten compasión de mí.
Tú, que vendrás a juzgar a los vivos y muertos, ten compasión de mí.


b.
Por tu encarnación, líbrame, Señor.
Por tu nacimiento, líbrame, Señor.
Por tu bautismo y ayuno santo, líbrame, Señor.
Por tu cruz y tu pasión, líbrame, Señor.
Por tu muerte y sepultura, líbrame, Señor.
Por tu santa resurrección, líbrame, Señor.
Por tu admirable ascensión, líbrame, Señor.
Por la efusión del Espíritu Santo, líbrame, Señor.
Por tu gloriosa venida, líbrame, Señor.


c.
Cuando nombra a la cruz, el fiel puede signarse.


Sálvame, Cristo Salvador, por el poder de la Cruz + tú que salvaste a Pedro en el mar, ten misericordia de mí.
Por la señal de la Cruz + líbranos de nuestros enemigos, Dios nuestro.
Por tu Cruz + sálvanos, Cristo redentor, tú que muriendo destruiste nuestra muerte y resucitando restableciste la vida.
Tu Cruz + adoramos, Señor, tu gloriosa Pasión recordamos, ten compasión, tú que padeciste por nosotros.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos porque por tu Cruz + redimiste al mundo.


8. Invocaciones a la Virgen María


Bajo tu amparo, nos refugiamos santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades.
Antes bien, líbranos de todos los males, Virgen gloriosa y bendita.


Consuelo de los afligidos, ruega por nosotros.
Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros.
Hazme digno de alabarte, Virgen santa; dame poder contra tus enemigos.
Madre mía, confianza mía.
Virgen Madre de Dios, María, ruega a Cristo por mí.


Dignísima Reina del mundo, siempre Virgen María, intercede por nuestra paz y salvación; tú que engendraste a Cristo Señor, Salvador de todos.
María, Madre de gracia, Madre de misericordia, protégenos del enemigo y recíbenos en la hora de la muerte.
Socórreme, piadosísima Virgen María, en todas mis tribulaciones, angustias y necesidades
y alcánzame de tu amado Hijo la liberación de todos los males y de los peligros del alma y del cuerpo.


Recuerda, piadosa Virgen María, que no se ha oído en el mundo que alguien que ha recurrido a tu apoyo, que haya implorado tu auxilio, que haya pedido tu ayuda, haya sido abandonado.
Yo animado por tal confianza corro hacia ti, Madre, Virgen de las vírgenes y como un pecador que llora sus culpas comparezco ante ti.
No quieras desdeñar mis palabras, Madre de Dios, sino que óyelas bondadosamente y recíbelas.


9. Invocación a san Miguel Arcángel


San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla sé un refugio contra la malicia y las insidias del diablo.
Te rogamos, suplicantes, que Dios lo domine y tú, que presides la milicia celestial, arrojes al infierno, con el divino poder,
a Satanás y a los espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de los hombres.




10. Preces litánicas


Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros (por mí).
San Miguel, ruega por nosotros (por mí).
San Gabriel, ruega por nosotros (por mí).
San Rafael, ruega por nosotros (por mí).
Santos Ángeles custodios, rueguen por nosotros (por mí).
San Juan Bautista, ruega por nosotros (por mí).
San José, ruega por nosotros (por mí).
San Pedro, ruega por nosotros (por mí).
San Pablo, ruega por nosotros (por mí).
San Juan, ruega por nosotros (por mí).
Todos los Apóstoles, rueguen por nosotros (por mí).
Santa María Magdalena, ruega por nosotros (por mí).
(Pueden añadirse los nombres de otros santos o beatos)
De todo mal, líbranos (líbrame), Señor.
De todo pecado, líbranos (líbrame), Señor.
De las insidias del diablo, líbranos (líbrame), Señor.
De la muerte eterna, líbranos (líbrame), Señor.
Cristo, óyenos (óyeme).
Cristo, escúchanos (escúchame).