El profeta Elías fue un verdadero ejemplo de oración de intercesión, especialmente cuando pidió el fin del culto a los ídolos.
“Con su intercesión, Elías pide a Dios aquello que Dios mismo desea hacer, esto es, manifestarse con toda su misericordia, fiel a la propia realidad de Señor de la vida, que perdona y transforma”.
Dios responde a la oración de Elías cuando el profeta se enfrenta con los sacerdotes que adoraban a los ídolos en el Monte Carmelo.
Con su oración, Elías pide que su pueblo cambie de corazón, que transforme sus vidas y siga al verdadero Dios.
"El verdadero Dios se revela con el fuego que consume la ofrenda y el Profeta implora la conversión de su pueblo, para que éste pueda responder así con un amor absoluto que comprometa toda su vida, su fuerza y su corazón”.