Familia. El domingo es un día muy especial, el domingo es el día del Señor mas también debe ser, de modo especial, un momento para la familia. «¡Familia, sé lo que eres!»
Juntos se va a misa, se prepara la comida, se juega un rato o se va de paseo y, por qué no, se ora juntos.
El clima familiar del domingo debería suscitar en todos como una nostalgia de la Sagrada Familia, desde que nos vamos levantando hasta que llegamos a la noche y miramos el futuro que nos espera. Las cosas materiales por las cuales nos inquietamos dejan paso a los valores del espíritu, venimos de Dios, vamos a Dios. No podemos hacer del domingo un día perdido.
Bendito seas Señor, porque en tu Amor nos reuniste para formar nuestra familia.
Te damos gracias por vivir juntos. Te pedimos que protejas y conserves nuestro hogar.
Que sus puertas estén siempre abiertas para los que quieran entrar en él y compartir nuestra alegría y amistad. Enséñanos a aceptarnos como somos, con nuestras cualidades y defectos; a presentarte nuestros planes y sueños; a pedir tu ayuda; a ofrecerte nuestras alegrías y nuestras penas; a recomenzar después de cada caída.
Te pedimos que como miembros de tu Iglesia, sepamos llevar tu mensaje de amor a todos los que nos rodean. Que tu amor nos conserve siempre unidos y en paz.
Señor, Dios nuestro, tu nos haz elegido para ser una Iglesia Doméstica. Revístenos de sentimientos de misericordia, de bondad, de humildad, de dulzura, de paciencia. Ayúdanos a sobrellevar los unos a los otros cuando tenemos algún motivo de queja, lo mismo que tú, Señor, nos has perdonado. Sobre todo, danos esa caridad, que es el vínculo de perfección. que la paz de Cristo brille en nuestros corazones. Esa paz que debe reinar en la unidad de tu cuerpo místico. que todo cuanto hagamos, en palabras o en obras, sean en nombre del Señor Jesús, por quien sean dadas gracias a tí, Dios Padre y Señor nuestro. Amén.