lunes, 17 de marzo de 2014

JUDAS ISCARIOTE ... LA TRAICION DEL AMIGO



JUDAS ISCARIOTE
Uno de los 12 Apóstoles de Jesús (Mateo 26,14.47; Marcos 14, 10.20; Juan 6, 71) o «del número de los doce» (Lucas 22, 3). El ecónomo del grupo (Cf. Juan 12,6b; 13,29a).
Judas era el único de los apóstoles que no era de Galilea. Iscariote significa en hebreo “el hombre de Queriyyot o Keriot”. 

Entregó a Jesús por 30 monedas de plata. Judas «fue acosado por el remordimiento, y devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y a los ancianos, diciendo: “Pequé entregando sangre inocente”» (Mateo 27, 3-4). Si bien él se alejó después para ahorcarse (Cf. Mateo 27, 5). 

¿Por que Jesús lo escogió?
Recordemos dos cosas. 1- Jesús respeta nuestra libertad. Es cierto que Jesús sabe como cada persona utilizará su libertad, pero la libertad sigue siendo real.  2-Jesús nos da la gracia y espera que tengamos la disponibilidad para arrepentirnos y para convertirnos; es rico en misericordia y perdón. 
Motivos para el comportamiento de Judas: ¿por qué traicionó a Jesús?
Según Benedicto XVIes un error pensar que el gran privilegio de vivir en compañía de Jesús es suficiente para que una persona sea santa”. Hace falta responder a la gracia. 

La 
decisión de Judas suscita varias hipótesis. Algunos recurren a la avidez por el dinero; otros ofrecen una explicación de carácter mesiánico: Judas habría quedado decepcionado al ver que Jesús no entraba en el programa de liberación político-militar de su propio paísSegún esta teoría, Judas habría creído que el arresto de Jesús le forzaría a defenderse y encabezar la rebelión armada para liberar a su pueblo. Entonces, al ver que Jesús se entrega mansamente, Judas se desespera.
Lo que sabemos con certeza es que, detrás de las decisiones de Judas está la tentación del demonio: «El diablo había puesto en el corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle» (Juan 13,2). Del mismo modo, Lucas escribe: «Satanás entró en Judas, llamado Iscariote, que era del número de los doce» (Lucas 22, 3).
En todo caso, la traición de Judas sigue siendo un misterio. Jesús le trató como a un amigo (Cf. Mateo 26, 50), pero en sus invitaciones a seguirle por el camino de las bienaventuranzas no forzaba su voluntad ni le impedía caer en las tentaciones de Satanás, respetando así la libertad humana.
No nos corresponde juzgarlo sino cuidarnos para no caerBenedicto XVI: "A nosotros no nos corresponde juzgar su gesto, poniéndonos en lugar de Dios, quien es infinitamente misericordioso y justo."

Si bien en la Iglesia no faltan cristianos indignos y traidores, será Jesús quien los juzgue. A cada uno de nosotros nos corresponde contrabalancear el mal con nuestra de entrega a Jesucristo.


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