martes, 31 de enero de 2012

CONOCIENDO A SAN JUAN BOSCO

ORACION A SANTA MARIA AUXILIADORA



OH Madre mía
auxilio de los cristianos,
la pena que me atormenta,
pongo en tus benditas manos.
(Ave María)


  

Tú que sabes mis secretos,
pues todos te los confío,
da la paz a los turbados
y alivio al corazón mío.
(Ave María)



Y aunque tu amor no merezco,
nadie recurre a Ti en vano,
pues eres Madre de Dios
y Auxilio de los cristianos.
(Ave María)

 

¿ NO ES VERDAD MADRE DEL ALMA QUE EN TI HALLARE CONSUELO?
¿ NO ES VERDAD QUE TU ME AMAS Y ME ESCUCHAS DESDE EL CIELO?


SANTO DOMINGO SAVIO

CANCION A MARIA AUXILIADORA

PELICULA DE SAN JUAN BOSCO

ORACION A SAN JUAN BOSCO ( GRACIAS SAN JUAN BOSCO POR EL MILAGRO DE HOY ) 31 DE ENERO DE 2O12




  





VIDA DE SAN JUAN BOSCO ( 31 DE ENERO )


1815-1888
Fiesta: 31 de enero
Presbítero, "Padre y maestro de la juventud", patrono de los editores, fundador de los salesianos. Por su gran devoción a María Auxiliadora, conseguía de ella innumerables milagros.

 Reseña Tuvo una niñez muy dura. Una vez ordenado sacerdote, empleó todas sus energías en la educación de los jóvenes. Sus grandes amores que fundamentan su espiritualidad: La Eucaristía, la Virgen María, la Iglesia, la fidelidad al Santo Padre, la juventud. Fundador de la Congregación de los Salesianos, comunidad religiosa con rama masculina y femenina, dedicados a la educación de los jóvenes, en especial los pobres. Les enseñaba la vida cristiana y diversos oficios. Atrajo y sigue atrayendo a multitudes de jóvenes a Cristo. La Congregación toma su nombre de San Francisco de Sales.
Famoso por sus sueños proféticos, ¡se conocen 159 de ellos! Quizás el mas famoso es el de la Nave de Pedro, que explicaremos mas adelante.
San Juan Bosco escribió también algunos opúsculos en defensa de la religión.
Gran constructor de iglesias, entre ellas la Basílica de San Juan Evangelista, la Basílica de María Auxiliadora y la Iglesia del Sagrado Corazón en Roma donde celebró su última misa.
 Vida de San Juan Bosco

El primero de sus 159 sueños proféticos 
A los nueve años de edad, un sueño que el rapazuelo no olvidó nunca, le reveló su vocación. Más adelante, en todos los períodos críticos de su vida, una visión del cielo le indicó siempre el camino que debía seguir.
En aquel primer sueño, se vio rodeado de una multitud de chiquillos que se peleaban entre sí y blasfemaban; Juan Bosco trató de hacer la paz, primero con exhortaciones y después con los puños. Súbitamente apareció Nuestro Señor y le dijo: "¡No, no; tienes que ganártelos con la mansedumbre y el amor!" Le indicó también que su Maestra sería la Santísima Virgen, quien al instante apareció y le dijo: "Toma tu cayado de pastor y guía a tus ovejas". Cuando la Señora pronunció estas palabras los niños se convirtieron primero, en bestias feroces y luego en ovejas.   Mas Sueños e historias >>>
Una gran cualidad: su interés por la salvación de la juventud
El sueño terminó, pero desde aquel momento Juan Bosco comprendió que su vocación era ayudar a los niños pobres, y empezó inmediatamente a enseñar el catecismo y a llevar a la iglesia a los chicos de su pueblo. Para ganárselos, acostumbraba ejecutar ante ellos toda clase de acrobacias, en las que llegó a ser muy ducho. Un domingo por la mañana, un acróbata ambulante dio una función pública y los niños no acudieron a la iglesia; Juan Bosco desafió al acróbata en su propio terreno, obtuvo el triunfo, y se dirigió victoriosamente con los chicos a la misa.
La alegría de Don Bosco
Los muchachos de la calle lo llamaban: ‘Ese es el Padre que siempre está alegre. El Padre de los cuentos bonitos’. Su sonrisa era de siempre. Nadie lo encontraba jamás de mal humor y nunca se le escuchaba una palabra dura o humillante. Hablar con él la primera vez era quedar ya de amigo suyo para toda la vida.
Durante las semanas que vivió con una tía que prestaba servicios en casa de un sacerdote, Juan Bosco aprendió a leer. Tenía un gran deseo de ser sacerdote, pero hubo de vencer numerosas dificultades antes de poder empezar sus estudios. A los dieciséis años, ingresó finalmente en el seminario de Chieri y era tan pobre, que debía mendigar para reunir el dinero y los vestidos indispensables.
El alcalde del pueblo le regaló el sombrero, el párroco la chaqueta, uno de los parroquianos el abrigo y otro, un par de zapatos. Después de haber recibido el diaconado, Juan Bosco pasó al seminario mayor de Turín y ahí empezó, con la aprobación de sus superiores, a reunir los domingos a un grupo de chiquillos y mozuelos abandonados de la ciudad.
San José Cafasso, sacerdote de la parroquia anexa al seminario mayor de Turín, confirmó a Juan Bosco en su vocación, explicándole que Dios no quería que fuese a las misiones extranjeras: "Desempaca tus bártulos --le dijo--, y prosigue tu trabajo con los chicos abandonados. Eso y no otra cosa es lo que Dios quiere de ti".
El mismo Don Cafasso le puso en contacto con los ricos que podían ayudarle con limosnas para su obra, y le mostró las prisiones y los barrios bajos en los que encontraría suficientes clientes para aprovechar los donativos de los ricos.
El primer puesto que ocupó Don Bosco fue el de capellán auxiliar en una casa de refugio para muchachas, que había fundado la marquesa di Barola, la rica y caritativa mujer que socorrió a Silvio Pellico cuando éste salió de la prisión. Los domingos, Don Bosco no tenía trabajo de modo que podía ocuparse de sus chicos, a los que consagraba el día entero en una especie de escuela y centro de recreo, que él llamó "Oratorio Festivo".
Pero muy pronto, la marquesa le negó el permiso de reunir a los niños en sus terrenos, porque hacían ruido y destruían las flores. Durante un año, Don Bosco y sus chiquillos anduvieron de "Herodes a Pilatos", porque nadie quería aceptar ese pequeño ejército de más de un centenar de revoltosos muchachos.
Cuando Don Bosco consiguió, por fin, alquilar un viejo granero, y todo empezaba a arreglarse, la marquesa, que a pesar de su generosidad tenía algo de autócrata, le exigió que escogiera entre quedarse con su tropa o con su puesto en el refugio para muchachas. El santo escogió a sus chicos.
Oratorios, escuelas, talleres...
En esos momentos críticos, le sobrevino una pulmonía, cuyas complicaciones estuvieron a punto de costarle la vida. En cuanto se repuso, fue a vivir en unos cuartuchos miserables de su nuevo oratorio, en compañía de su madre, y ahí se entregó, con toda el alma, a consolidar y extender su obra. Dio forma acabada a una escuela nocturna, que había inaugurado el año precedente, y como el oratorio estaba lleno a reventar, abrió otros dos centros en otros tantos barrios de Turín.
Por la misma época, empezó a dar alojamiento a los niños abandonados. Al poco tiempo, había ya treinta o cuarenta chicos, la mayoría aprendices, que vivían con Don Bosco y su madre en el barrio de Valdocco. Los chicos llamaban a la madre de Don Bosco "Mamá Margarita".
Con todo, Don Bosco cayó pronto en la cuenta que todo el bien que hacía a sus chicos se perdía con las malas influencias del exterior, y decidió construir sus propios talleres de aprendizaje. Los dos primeros: el de los zapateros y el de los sastres, fueron inaugurados en 1853.
Crece la familia
El siguiente paso fue construir una iglesia, consagrada a San Francisco de Sales. Después vino la construcción de una casa para la enorme familia. El dinero no faltaba, a veces, por verdadero milagro. Don Bosco distinguía dos grupos entre sus chicos: el de los aprendices, y el de los que daban señales de una posible vocación sacerdotal. Al principio iban a las escuelas del pueblo; pero con el tiempo, cuando los fondos fueron suficientes, Don Bosco instituyó los cursos técnicos y los de primeras letras en el oratorio.
En 1856, había ya 150 internos, cuatro talleres, una imprenta, cuatro clases de latín y diez sacerdotes. Los externos eran quinientos. Con su extraordinario don de simpatía y de leer los corazones, Don Bosco ejercía una influencia ilimitada sobre sus chicos, de suerte que podía gobernarles con aparente indulgencia y sin castigos, para gran escándalo de los educadores de su tiempo.
Veía en sueños el estado exacto de la conciencia de sus discípulos y después los llamaba y les hacía una descripción tan completa de los pecados que ellos habían cometido, que muchos aclamaban emocionados: "Si hubiera venido un ángel a contarle toda mi vida no me habría hablado con mayor precisión" .
Se gana de tal manera el cariño de los jóvenes, que es difícil encontrar en toda la historia de la humanidad, después de Jesús, un educador que haya sido tan amado como Don Bosco. Los jóvenes llegaban hasta pelear unos contra otros afirmando cada uno que a él lo amaba el santo más que a los demás.
Dedicó su vida a la difusión de las buenas lecturas
Además de este trabajo, Don Bosco se veía asediado de peticiones para que predicara; la fama de su elocuencia se había extendido enormemente a causa de los milagros y curaciones obradas por la intercesión del santo. Otra forma de actividad, que ejerció durante muchos años, fue la de escribir libros para el gusto popular, pues estaba convencido de la influencia de la lectura.
Él decía que Dios lo había enviado al mundo para educar a los jóvenes pobres y para propagar buenos libros
En búsqueda de colaboradores
El mayor problema de Don Bosco, durante largo tiempo, fue el de encontrar colaboradores. Muchos jóvenes sacerdotes entusiastas, ofrecían sus servicios, pero acababan por cansarse, ya fuese porque no lograban dominar los métodos impuestos por Don Bosco, o porque carecían de su paciencia para sobrellevar las travesuras de aquel tropel de chicos mal educados y frecuentemente viciosos, o porque perdían la cabeza al ver que el santo se lanzaba a la construcción de escuelas y talleres, sin contar con un céntimo.
Aun hubo algunos que llevaron a mal que Don Bosco no convirtiera el oratorio en un club político para propagar la causa de "La Joven Italia". En 1850, no quedaba a Don Bosco más que un colaborador y esto le decidió a preparar, por sí mismo, a sus futuros colaboradores. Así fue como Santo Domingo Savio ingresó en el oratorio, en 1854.
Nace la gran familia Salesiana
Por otra parte, Don Bosco había acariciado siempre la idea, más o menos vaga, de fundar una congregación religiosa. Después de algunos descalabros, consiguió por fin formar un pequeño núcleo. "En la noche del 26 de enero de 1854 --escribe uno de los testigos-- nos reunimos en el cuarto de Don Bosco. Se hallaban ahí además, Cagliero, Rocchetti, Artiglia y Rua. Llegamos a la conclusión de que, con la ayuda de Dios, íbamos a entrar en un período de trabajos prácticos de caridad para ayudar a nuestros prójimos.
Al fin de ese período, estaríamos en libertad de ligarnos con una promesa, que más tarde podría transformarse en voto. Desde aquella noche recibieron el nombre de Salesianos todos los que se consagraron a tal forma de apostolado. Naturalmente, el nombre provenía del gran obispo de Ginebra, San Francisco de Sales (el "Santo de la amabilidad"). El momento no parecía muy oportuno para fundar una nueva congregación, pues el Piamonte no había sido nunca más anticlerical que entonces.
Los jesuitas y las Damas del Sagrado Corazón habían sido expulsados; muchos conventos habían sido suprimidos y, cada día, se publicaban nuevas leyes que coartaban los derechos de las órdenes religiosas. Sin embargo, fue el ministro Rattazzi, uno de los que más parte había tenido en la legislación, quien urgió un día a Don Bosco a fundar una congregación para perpetuar su trabajo y le prometió su apoyo ante el rey".
En diciembre de 1859, Don Bosco y sus veintidos compañeros decidieron finalmente organizar la congregación, cuyas reglas habían sido aprobadas por Pío IX. Pero la aprobación definitiva no llegó sino hasta quince años después, junto con el permiso de ordenación para los candidatos del momento. La nueva congregación creció rápidamente: en 1863 había treinta y nueve salesianos; a la muerte del fundador, eran ya 768, y en la actualidad se cuentan por millares: Diecisiete mil en 105 países, con 1,300 colegios y 300 parroquias, y se hallan establecidos en todo el mundo.
Don Bosco realizó uno de sus sueños al enviar sus primeros misioneros a la Patagonia. Poco a poco, los Salesianos se extendieron por toda la América del Sur. Cuando San Juan Bosco murió, la congregación tenía veintiséis casas en el Nuevo Mundo y treinta y ocho en Europa. Las instituciones salesianas en la actualidad comprenden escuelas de primera y segunda enseñanza, seminarios, escuelas para adultos, escuelas técnicas y de agricultura, talleres de imprenta y librería, hospitales, etc., sin omitir las misiones extranjeras y el trabajo pastoral.
El siguiente paso de Don Bosco fue la fundación de una congregación femenina, encargada de hacer por las niñas lo que los Salesianos hacían por los niños. La congregación quedó inaugurada en 1872, con la toma de hábito de veintisiete jóvenes, entre ellas, Santa María Dominga Mazzarello, que fue la cofundadora, a las que el santo llamó Hijas de Nuestra Señora, Auxilio de los Cristianos (o Hijas de María Auxiliadora). La nueva comunidad se desarrolló casi tan rápidamente como la anterior y emprendió, además de otras actividades, la creación de escuelas de primera enseñanza en Italia, Brasil, Argentina y otros países. "Hoy en día son dieciséis mil, en setenta y cinco países".
Para completar su obra, Don Bosco organizó a sus numerosos colaboradores del exterior en una especie de tercera orden, a la que dio el título de Colaboradores Salesianos. Se trataba de hombres y mujeres de todas las clases sociales, que se obligaban a ayudar en alguna forma a los educadores salesianos.
Nuestro Señor le inspiró un sabio método de enseñanza
El sueño o visión que tuvo Don Bosco en su juventud marcó toda su actividad posterior con los niños. Todo el mundo sabe que para trabajar con los niños, hay que amarlos; pero lo importante es que ese amor se manifieste en forma comprensible para ellos. Ahora bien, en el caso de Don Bosco, el amor era evidente, y fue ese amor el que le ayudó a formar sus ideas sobre el castigo, en una época en que nadie ponía en tela de juicio las más burdas supersticiones acerca de ese punto.
Los métodos de Don Bosco consistían en desarrollar el sentido de responsabilidad, en suprimir las ocasiones de desobediencia, en saber apreciar los esfuerzos de los chicos, y en una gran amistad. En 1877 escribía: "No recuerdo haber empleado nunca un castigo propiamente dicho. Por la gracia de Dios, siempre he podido conseguir que los niños observen no sólo las reglas, sino aun mis menores deseos". Pero a esta cualidad se unía la perfecta conciencia del daño que puede hacer a los niños un amor demasiado indulgente, y así lo repetía constantemente Don Bosco a los padres.
Una de las imágenes más agradables que suscita el nombre de Don Bosco es la de sus excursiones domingueras al bosque, con una parvada de rapazuelos. El santo celebraba la misa en alguna iglesita de pueblo, comía y jugaba con los chicos en el campo, les daba una clase de catecismo, y todo terminaba al atardecer, con el canto de las vísperas, pues Don Bosco creía firmemente en los benéficos efectos de la buena música.
La construcción de iglesias
El relato de la vida de Don Bosco quedaría trunco, si no hiciéramos mención de su obra de constructor de iglesias. La primera que erigió era pequeña y resultó pronto insuficiente para la congregación. El santo emprendió entonces la construcción de otra mucho más grande, que quedó terminada en 1868. A ésta siguió una gran basílica en uno de los barrios pobres de Turín, consagrada a San Juan Evangelista.
El esfuerzo para reunir los fondos necesarios había sido inmenso; al terminar la basílica, el santo no tenía un céntimo y estaba muy fatigado, pero su trabajo no había acabado todavía. Durante los últimos años del pontificado de Pío IX, se había creado el proyecto de construir una iglesia del Sagrado Corazón en Roma, y el Papa había dado el dinero necesario para comprar el terreno. El sucesor de Pío IX se interesaba en la obra tanto como su predecesor, pero parecía imposible reunir los fondos para la construcción.
"Es una pena que no podamos avanzar" --dijo el Papa al terminar un consistorio--. "La gloria de Dios, el honor de la Santa Sede y el bien espiritual de muchos fieles están comprometidos en la empresa. Y no veo cómo podríamos llevarla adelante"
--"Yo puedo sugerir una manera de hacerlo" --dijo el cardenal Alimonda.
--"¿Cuál? --preguntó el Papa.
--"Confiar el asunto a Don Bosco".
–"¿Y Don Bosco estaría dispuesto a aceptar?"
–"Yo le conozco bien" --replicó el cardenal--; "la simple manifestación del deseo de Vuestra Santidad será una orden para él".

La tarea fue propuesta a Don Bosco, quien la aceptó al punto.
Cuando ya no pudo obtener más fondos en Italia, se trasladó a Francia, el país en que había nacido la devoción al Sagrado Corazón. Las gentes le aclamaban en todas partes por su santidad y sus milagros y el dinero le llovía. El porvenir de la construcción de la nueva iglesia estaba ya asegurado; pero cuando se aproximaba la fecha de la consagración, Don Bosco repetía que, si se retardaba demasiado, no estaría en vida para asistir a ella. La consagración de la iglesia tuvo lugar el 14 de mayo de 1887, y San Juan Bosco celebró ahí la misa, poco después.
Muerte de Don Bosco
Pero sus días tocaban a su fin. Dos años antes, los médicos habían declarado que el santo estaba completamente agotado y que la única solución era el descanso; pero el reposo era desconocido para Don Bosco. A fines de 1887, sus fuerzas empezaron a decaer rápidamente; la muerte sobrevino el 31 de enero de 1888, cuando apenas comenzaba el día, de suerte que algunos autores escriben, sin razón, que Don Bosco murió al día siguiente de la fiesta de San Francisco de Sales.
Su cuerpo permanece incorrupto en la Basílica de María Auxiliadora en Turín, Italia.
Sus últimas recomendaciones fueron: "Propagad la devoción a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros. Ayudad mucho a los niños pobres, a los enfermos, a los ancianos y a la gente más necesitada, y conseguiréis enormes bendiciones y ayudas de Dios. Os espero en el Paraíso".
Cuarenta mil personas desfilaron ante su cadáver en la iglesia, y sus funerales fueron una especie de marcha triunfal, porque toda la ciudad de Turín salió a la calle durante tres días a honrar a Don Bosco por última vez.
Fueron tantos los milagros conseguidos al encomendarse a Don Bosco, que el Sumo Pontífice lo canonizó cuando apenas habían pasado cuarenta y seis años de su muerte (en 1934) y lo declaró Patrono de los que difunden buenas lecturas y "Padre y maestro de la juventud".
, los cuales, además eran sumamente sencillos y fáciles de entender. "Propagad buenos libros --decía Don Bosco-- sólo en el cielo sabréis el gran bien que produce una buena lectura". Unas veces se trataba de una obra de apologética, otras de un libro de historia, de educación o bien de una serie de lecturas católicas. Este trabajo le robaba gran parte de la noche y al fin, tuvo que abandonarlo, porque sus ojos empezaron a debilitarse.
 Fuente Bibliográfica:  "Vidas de los Santos de Butler", tomo I, excepto algunas adaptaciones hechas por las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María, y partes que van en letra itálica, procedentes de: "Vidas de Santos (1)" y "Autobiografía de San Juan Bosco", del Padre Eliécer Sálesman, Apostolado Bíblico Católico
El Señor le concedió también el don de consejo: Un consejo suyo cambiaba a las personas. Y lo que decía eran cosas ordinarias.Juan Melchor nace en 1815, junto a Castelnuovo, en la diócesis de Turín. Era el menor de los hijos de un campesino piamontés. Su niñez fue muy dura. Su padre murió cuando Juan tenía apenas dos años y medio. La madre, Margarita, analfabeta y muy pobre, pero santa y laboriosa mujer, que debió luchar mucho para sacar adelante a sus hijos, se hizo cargo de su educación.



"En su vida, lo sobrenatural se hizo casi natural y lo extraordinario, ordinario." Pío XI sobre S. Juan Bosco.


PULSE ENLACE PARA MAS INFORMACION :

http://www.corazones.org/santos/juan_bosco_historias.htm



viernes, 27 de enero de 2012

CANCION NADA TE TURBE

LOS 5 MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA



LOS 5 MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA
Según el Catecismo de la Iglesia Católica #2041-2043
Los mandamientos de la Iglesia se sitúan en la línea de una vida moral referida a la vida litúrgica y que se alimenta de ella. El carácter obligatorio de estas leyes positivas promulgadas por la autoridad eclesiástica tiene por fin garantizar a los fieles el mínimo indispensable en el espíritu de oración y en el esfuerzo moral, en el crecimiento del amor de Dios y del prójimo. Los mandamientos más generales de la Santa Madre Iglesia son cinco:

El primer mandamiento (oír misa entera los domingos y fiestas de precepto) exige a los fieles participar en la celebración eucarística, en la que se reúne la comunidad cristiana, el día en que conmemora la Resurrección del Señor, y en aquellas principales fiestas litúrgicas que conmemoran los misterios del Señor, la Virgen María y los santos.

El segundo mandamiento (confesar los pecados mortales al menos una vez al año, y en peligro de muerte, y si se ha de comulgar) asegura la preparación para la Eucaristía mediante la recepción del sacramento de la Reconciliación, que continúa la obra de conversión y de perdón del Bautismo.

El tercer mandamiento (comulgar por Pascua de Resurrección) garantiza un mínimo en la recepción del Cuerpo y la Sangre del Señor en relación con el tiempo de Pascua, origen y centro de la liturgia cristiana.

El cuarto mandamiento (ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre Iglesia) asegura los tiempos de ascesis y de penitencia que nos preparan para las fiestas litúrgicas; contribuyen a hacernos adquirir el dominio sobre nuestros instintos y la libertad del corazón.

El quinto mandamiento (ayudar a la Iglesia en sus necesidades) señala la obligación de ayudar, cada uno según su capacidad, a subvenir a las necesidades materiales de la Iglesia


Para mas informacion pulse enlace: http://www.corazones.org/diccionario/diezmo.htm









jueves, 26 de enero de 2012

LA ROSA Y EL SAPO



Había una vez una rosa roja muy bella, se sentía de maravilla al saber que era la rosa más bella del jardín. Sin embargo, se daba cuenta de que la gente la veía de lejos. ....

Se dio cuenta de que al lado de ella siempre había un sapo grande y oscuro, y que era por eso que nadie se acercaba a verla de cerca. Indignada ante lo descubierto le ordenó al sapo que se fuera de inmediato; el sapo muy obediente dijo: Está bien, si así lo quieres. Poco tiempo después el sapo pasó por donde estaba la rosa: y se sorprendió al ver la rosa totalmente marchita, sin hojas y sin pétalos.

-Le dijo entonces: Vaya que te ves mal. ¿Qué te pasó?La rosa contestó: Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día, y nunca pude volver a ser igual. El sapo solo contestó:Pues claro, cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la más bella del jardín.

Moraleja:

Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos mas que ellos,más bellos o simplemente que no nos "sirven" para nada.
Todos tenemos algo que aprender de los demás o algo que enseñar, y nadie debe despreciar a nadie.
No vaya a ser que esa persona nos haga un bien del cual ni siquiera estemos conscientes.
No hagamos acepción de personas, por su aspecto. Dios creo con el mismo amor a la rosa que al sapo. 



50 PREGUNTAS PARA ACERCARTE A CONOCER A JESUS



sábado, 21 de enero de 2012

BENDICION DE LA MESA



 V. Bendícenos, Señor, y bendice estos alimentos que tomamos recibidos de tus manos generosas y providentes.
    
 
   V. El Rey de eterna gloria  nos haga partícipes de la mesa celestial.

 
   R. Amén.



 


CANCION SOLAMENTE EN TI ... SACRIFICIO DE ALABANZA


viernes, 20 de enero de 2012

PADRE ADOLFO BERTINELLI... MINUTOS DE SANACION



GRACIAS A QUE TU MADRE NO TE ASESINO CON EL ABORTO ... VIVES

EL CAMINO DE SANTIAGO




Santiago, Primer Apóstol Mártir

Después de evangelizar España, Santiago regresó a Palestina donde fue asesinado. Sus discípulos recobraron su cuerpo y lo trasladaron a Galicia, en una barca milagrosa, guiada solamente por Dios. Se cuenta que su cuerpo fue enterrado en el antiguo palacio de Lupa que fue convertido en Iglesia.

Descubrimiento de la tumba del Apóstol

La tumba de Santiago Apóstol fue olvidada por mas de 800 años. Bajo el reinado de Alfonso II (789-842), un ermitaño llamado Pelagio recibió en visión, conocimiento del lugar donde se encontraban los restos del Apóstol. El campo donde yacía la tumba escondida se llenó de una luz brillante y desde entonces se le conoce como "Compostela" (Campo de Estrellas).

El hallazgo de la tumba ocurre en un momento providencial. Los cristianos se encontraban abatidos bajo el imperio del Islam y la fe cristiana corría el peligro de ser erradicada. La lucha por la reconquista duró hasta el año 1492.  Ese largo período de tiempo forzó a los cristianos a una guerra de supervivencia en la que se apoyaban del auxilio del Apóstol y de la Virgen Santísima.

El obispo de Iria Flavia, Theodomir, después de investigaciones declaró que eran verdaderamente los restos y la tumba del Apóstol Santiago. El Santo Padre, León XIII, en 1884, en forma de Bula Papal confirmó que los restos en Santiago de Compostela pertenecían a Santiago Apóstol.

Matamoros

Santiago Apóstol llegó a ser conocido como el "Matamoros", matador de los moros. Ese nombre se origina durante la Reconquista y da a entender que las tropas Cristianas tenían al Apóstol como patrón.

En la actualidad comprendemos mejor que la guerra no es contra seres de carne y hueso sino contra principados y potestades, es decir contra Satanás y sus demonios.   Santiago sigue siendo el protector y guía de los Cristianos en la batalla actual por la fe.

Santiago de Compostela como lugar de Peregrinación
 
En la edad media, todos los caminos conducían a Santiago de Compostela.   Jerusalén había sido conquistada por los moros y los cristianos no podían peregrinar allí.  Quedaban como principales lugares de peregrinación Roma y Santiago de Compostela, la cuidad, localizada en el extremo noroeste de España, y por lo tanto de Europa.

Todos los países Europeos tenían sus lugares santos, pero en Santiago, el peregrinaje llegaba a un punto culmen. Hasta la palabra peregrinación la asociaban con la cuidad de Santiago. Muchos peregrinos caminaban hacía la tumba de Santiago. La ruta a Santiago se hizo tan famosa que los pueblos y monasterios del camino adquirieron notoriedad.

Como muchas personas llegaban desde todas  partes de Europa, no existía un camino exacto.. En Francia habían cuatro lugares que se designaban como el comienzo del camino hacía Santiago de Compostela. En España, estos caminos confluían en dos principales caminos, el Camino Aragonés y el Camino Francés, siendo este último el mas famoso.

El Camino Francés sigue el antiguo camino Romano, la Vía Traiana. Hay evidencia de que había una tradición de hacer peregrinación por este camino ya en los tiempos Romanos para llegar 80 kilómetros mas allá de Santiago de Compostela, hasta Finisterre, o el "fin de la tierra", un lugar de muchas connotaciones místicas y mitológicas.

En la actualidad siguen utilizando los caminos miles de peregrinos y, aunque las motivaciones que los mueven son diversas, es impresionante observar la devoción de muchos de ellos.  Los testimonios de conversión y gracia abundan.


ORACIÓN DEL PEREGRINO
Apóstol Santiago,
elegido entre los primeros,
tú fuisteis el primero en beber
el cáliz del Señor,
y eres el gran protector de los peregrinos;
haznos fuertes en la fe
y alegres en la esperanza,
en nuestro caminar de peregrinos,
siguiendo el camino de la vida cristiana.
Aliéntanos para que, finalmente,
alcancemos la gloria de Dios Padre.
Amén

 




HIMNO DEL APOSTOL




EL BUTAFUMEIRO
 




AMOR Y FE EN EL CAMINO ... ENTRE LOS PEREGRINOS


CANCION DEDICADA A PEREGRINOS